Los tambos de ovejas son una alternativa productiva atractiva en tanto puede llevarse adelante en superficies pequeñas. Resulta un negocio interesante, ofreciendo una alternativa económica rentable para los que se inician en la actividad.

Gloria Lynch, docente de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora (FCA-UNLZ), cuenta cómo empieza con la cría de ovejas y cómo, a partir de allí, vira hacia la producción de quesos de alta calidad.

Esta ingeniera zootecnista administra junto a su marido, Guillermo Graffigna, un pequeño tambo de 40 ovejas en Uribelarrea, provincia de Buenos Aires. Allí fabrica quesos artesanales, que comercializa bajo la marca Weke, que en lengua originaria tehuelche significa ovejas, carnero, vellón, todo lo referido a la oveja.

La empresa se instala en esa localidad bonaerense hace 18 años como un emprendimiento familiar, como resultado del conocimiento y el amor por las ovejas que tienen Gloria Lynch y su marido, ambos ingenieros zootecnistas egresados de Ciencias Agrarias en la UNLZ.

A Gloria, la universidad le abre las puertas a un mundo nuevo, cuando en cuarto año de la carrera hizo una pasantía en Santa Cruz. Era el verano anterior al que gran parte de la provincia quedara cubierta por las cenizas del volcán Hudson (Chile), que había entrado en erupción en 1991.

Allí se interesa de la actividad y la producción ovina, incluso a pesar de que la situación productiva transitaba uno de los peores momentos de su historia, con los precios internacionales de la lana muy bajos por la escasa demanda de Rusia y China, y el abandono del precio sostén por parte de Australia.

En ese momento se plantea qué hacer y la respuesta le muestra nuevos caminos. “Quiero seguir con las ovejas, me enamoré de ellas”, es el pensamiento que la guía en ese momento. Ante la falta de oportunidades en ovinos en el campo, obtiene una pasantía en el Ministerio de Agricultura de la Nación, donde trabaja durante un tiempo en los programas Carne Ovina Patagónica y Prolana, entre otros.

Mientras tanto, comienza como docente e investigadora en la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNLZ, actividad que continúa hasta hoy.

Del aula al tambo

La faceta productiva y comercial con quesos de oveja viene por iniciativa de su esposo, pero al no tener capital para arrancar con un tambo, se concreta recién en el 2003 gracias a un crédito de la Ley Ovina.

Hoy tienen 40 ovejas de las razas Pampinta y Frisona y hacen control lechero de las majadas en el INTA Anguil de La Pampa, para tener un seguimiento y evaluación genética precisa de los animales.

“La lechería ovina, junto con la elaboración de quesos especiales, es una actividad muy interesante porque puede ser rentable en un espacio en el que, normalmente, la lechería vacuna no podría mantenerse”, señala Gloria.

La experta explica que la sequía que afecta al país desde mediados de 2022 los obligó a incrementar la suplementación. La respuesta de los animales fue muy positiva, por lo que la producción, no sólo no se afectó, sino que incluso aumentó.

En la actualidad Weke produce tres tipos de quesos, uno duro que se comercializa con un mínimo de seis meses de estacionamiento, un queso semiduro que se vende a partir de los tres meses, y un queso con hongos (Camblue), con queso azul adentro, al que unos días después se le inocula el Camembert por afuera.

Nuevas generaciones

Consultada sobre la actividad docente y el perfil de alumnos de la carrera en la Universidad de Lomas de Zamora, la docente sostiene que se combinan alumnos que provienen de localidades del interior del país y otros de las grandes ciudades, pero “todos con el mismo entusiasmo por aprender”.

Gloria asegura que muchas veces se habla de la juventud y su compromiso con lo que hacen, sobre esto sostiene que “la mayoría de los jóvenes que pasan por nuestra materia en nuestra Facultad, para mí son realmente espectaculares”, tienen una gran integración de conocimientos, poseen la caja de herramientas necesaria para salir a trabajar al medio, y las ganas de aprender “obligan al docente a estar permanentemente actualizado”.

Cree además que es un buen momento para que los jóvenes Ingenieros Zootecnistas se inserten en el mercado laboral en general y también para aquellos que quieran emprender su propia producción, por su buena preparación. En este sentido, “hoy el tambo ovino ofrece muchas posibilidades para los que quieran dedicarse y vivir de esa actividad”, explicó.