Durante cuatro días, estudiantes de la cátedra de Manejo de Agua de la Facultad de Ciencias Agrarias (UNLZ) participaron de una enriquecedora experiencia formativa en distintas localidades del sudeste bonaerense. El viaje académico, guiado por los docentes los Ing. Mario Branchesi y Paula Ferrario, combinó prácticas en territorio, visitas a establecimientos productivos y actividades de capacitación, consolidando conocimientos sobre manejo hídrico, producción agroindustrial y sustentabilidad.
La actividad comenzó en Chascomús con el análisis de las compuertas de la Laguna Vitel y el sistema de filtrado de la Laguna de Chascomús. Allí los estudiantes evaluaron infraestructuras hidráulicas hoy deterioradas, cuya función es clave para el control de inundaciones. También realizaron mediciones de caudal con molinete y nivel de agua con limnímetro de silbato.
En Mar del Plata y Miramar, se profundizó el conocimiento sobre infraestructura costera: rompeolas y escolleras que protegen el frente marítimo, pero que requieren constante mantenimiento ante el avance del mar.
Producción, innovación y sustentabilidad
El viaje incluyó visitas a campos dedicados al cultivo de kiwi, papa, palta y vid. En el establecimiento de General Pueyrredón, los estudiantes conocieron las prácticas de fertirrigación y manejo orgánico del kiwi, con polinización asistida y control de heladas mediante microaspersión. También presenciaron la cosecha mecanizada de papa y la aplicación de riego con cañón viajero, analizando sus ventajas y limitaciones.
En el Parque Papas, observaron un proceso completo: desde la siembra hasta el almacenamiento en cámaras frigoríficas inteligentes, pasando por el lavado, clasificación y control de calidad con tecnología de punta. En esta planta también se reutiliza el agua del lavado para reducir el impacto ambiental.
Procesamiento agroindustrial con sello educativo
La Escuela Agrotécnica de Miramar fue otra parada clave. Allí, los estudiantes participaron de rutinas en el tambo, prácticas de sanidad animal y procesos de elaboración de quesos y chacinados. El modelo educativo combina teoría con producción real: los alimentos elaborados son consumidos en la escuela o comercializados localmente.
También visitaron la planta de puré de papa Conosud, que transforma el descarte del mercado fresco en alimento deshidratado, reduciendo el desperdicio. Por su parte, la planta semillera Agrality fue abordada desde su exterior, y se aprovechó para reflexionar sobre las etapas de selección y clasificación de semillas.


Diversidad productiva: camélidos y energías renovables
En la cabaña Lama Malal, conocieron el manejo intensivo de llamas y alpacas con fines textiles. Las prácticas de esquila y cría responsable fueron destacadas por su enfoque en el bienestar animal y la calidad de la fibra.
En el Parque Eólico Miramar, los estudiantes conocieron el funcionamiento de una infraestructura clave para la transición energética. Con 29 aerogeneradores, el parque genera electricidad para más de 100.000 hogares.
Tecnología aplicada: del GPS al pivot central
El campo Santa Lucía mostró el funcionamiento del sistema de riego por pivot central, controlado a distancia con tecnología satelital. En paralelo, los estudiantes participaron en un curso introductorio de GPS aplicado a agricultura de precisión, aprendiendo a georreferenciar datos para la toma de decisiones productivas.
El viaje integró conocimientos técnicos con la realidad productiva, destacando el valor del aprendizaje en terreno. “Fue una experiencia formativa invaluable, que nos conectó con los desafíos reales del agro argentino”, señalaron los alumnos en el cierre de la actividad.
La Facultad de Ciencias Agrarias tiene como eje la formación integral de sus estudiantes, combinando la enseñanza en el aula con experiencias concretas que fortalecen el vínculo con el territorio y la producción.