A partir de una inversión y un convenio entre la Provincia de Buenos Aires, el Municipio de Lomas de Zamora, la Universidad Nacional de Lomas de Zamora y la Universidad Nacional de La Plata se trabajará en la preservación de la Reserva Santa Catalina. Docentes y profesionales de la Facultad de Agrarias analizaron sus alcances.

Sin dudas hay un antes y un después en este 2025 para la Reserva Provincial Santa Catalina, respecto de su presente y futuro.

Su puesta en valor a partir del compromiso del Gobierno de la Provincia de Buenos Aires a través de distintos convenios, permite imaginar no sólo un cambio en relación a notorias y recurrentes dificultades acerca de su preservación, si no la concreción de mejoras efectivas en favor del predio.

En este sentido, el acuerdo conjunto firmado en febrero en Lomas de Zamora, involucra al Gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, pero también al Intendente, Federico Otermín, la Ministra de Ambiente provincial, Daniela Vilar, su par de Infraestructura y Servicios Públicos bonaerense, Gabriel Katopodis y, por supuesto, al vicepresidente del Área Académica de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), Fernando Tauber y además al  Rector de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora (UNLZ), Diego Molea. Todos partícipes responsables del acta de implementación para la preservación de la Reserva, pero también para la lucha de la comunidad por la Ley Provincial de Reservas 14.294, sancionada en 2011.

Posteriormente, como un hecho histórico para la Universidad, el Rector de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora, Diego Molea, y el Vicepresidente Académico de la Universidad Nacional de La Plata, Fernando Tauber, rubricaron el acuerdo a partir del cual se realizó la escrituración de las tierras del Cruce de Lomas. 

Su alcance implica la puesta en valor de edificios históricos por parte el Ministerio de Ambiente, la construcción de edificios para la UNLP por parte del Ministerio de Infraestructura y la cesión de la UNLP a la UNLZ del predio donde está situado el campus, lo que permite a la Casa de Estudios lomense escriturar sus tierras.

Un largo camino

Un encuentro posterior en la Facultad de Ciencias Agrarias entre docentes y profesionales sirvió para analizar los alcances del  acuerdo, la importancia dentro de esta Institución que bregó por el cuidado de la reserva y los pasos inminentes a seguir.  

En tales circunstancias, el propio decano, Ing. Agr. MSc Néstor Urretabizkaya, destacó la sostenida labor de su colega Ing. Agr. Alberto De Magistris, respecto del convenio y escrituración, entre tantos vaivenes.  

“Le propuse a De Magistris un esquema de trabajo. Reconocemos en él, todo el esfuerzo realizado a partir de compartir un sueño que surgió desde que estábamos en la facultad”, remarcó el Decano.

Asimismo, Urretabizkaya no obvió los tiempos complejos y detalló los problemas en el predio de inseguridad y desprotección.

El propio De Magistris dio un panorama sobre los obstáculos que atravesó Santa Catalina hasta legitimarse. “Solo Dios sabe todo lo que se hizo”, desde disputas “con actores hostiles”, según su descripción, hasta llegó a encontrar una logística colectiva y judicial que fue mutando y transformándose a fin de evitar parte de su venta o deterioro, por caso algunas de las circunstancias que desde 2002 mantuvieron a la reserva en jaque.   

Verde pulmón

Reconocida como el pulmón verde más grande del Conurbano Sur, Santa Catalina no sólo brinda servicios ecosistémicos esenciales para la comunidad, también tiene el enorme potencial de transformarse en un espacio de desarrollo, recreación, educación e investigación y transformación ambiental. Razones que llevaron a que tanto el Estado  provincial como el municipio asuman la decisión de conservar su biodiversidad como respuesta al cambio climático. 

“Serán 2300 millones de pesos para la puesta en marcha de la reserva”, ratificó De Magistris entusiasmado, pero admitiendo que el proceso condicionará este año las visitas tanto a la Reserva como al Museo Magna, promovido desde 2012.

En concreto, la obra se consolidará en etapas, cuyos ejes van desde la creación de espacios de esparcimiento, con tres puestos de control, baños barreras vehiculares y luminarias led, hasta cercos perimetrales y personal de seguridad dispuesto por el municipio.

La inversión abarca además a la reconstrucción del Museo y del centro de interpretación, más oficinas de trabajo para guardaparques y construcción de nuevos portales de ingreso para el público.

“En una segunda etapa se espera que funcione el tambo”, comenta el especialista, acerca de una dinámica que aspira a proveer sus productos “a comedores escolares de la región”, con el desarrollo de una Huerta Agroecológica de 1,5 hectáreas, como nodo productivo de alimentos saludables para la comunidad.

«Hoy Santa Catalina es la concepción de lo biocultural, historia y naturaleza unidos en un solo sitio», concluyó De Magistris orgulloso, pero también conmovido. El aplauso de sus colegas coronó tanto esfuerzo.